miércoles, 21 de octubre de 2009

La noche de los feos - Mario Benedetti

Crítica de Débora Segobia, alumna de 5to. Humanidades (Colegio Nacional de Cañada de Gómez):
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"El cuento logra llegar al corazón. Nos demuestra, con palabras simples y sinceras, la decadencia de la sociedad, que vive encerrada entre las paredes de los estereotipos creados por la industria del comercio. Además nos hace ver la soledad de aquellos que son discriminados. Benedetti logra que, a lo largo de la narración, el lector pase por varios estados de ánimo y opiniones acerca de los personajes. Al comienzo, uno siente pena por los personajes, al imaginárselos solitarios, llenos de vergüenza por cómo se ven, siendo tan observados y discriminados. Uno siente el deseo de ayudarlos, de protegerlos, de animarlos a aceptarse como son, sin importar lo que piense la gente. Luego se experimenta felicidad, al saber que dos personas solitarias pudieron unirse y brindarse felicidad mutua. También despierta el repudio a los estereotipos, que tantas veces son los causantes de la bulimia, la anorexia, el abuso de las cirujías estéticas. Pero sobre todo genera vergüenza, vergüenza por dejarnos llevar muchas veces por las apariencias y no por lo que la persona es en realidad. En fin, es una linda historia, que nos deja mucho que pensar y que debatir con los demás y con nosotros mismos".

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Actividades:
1) Luego de leer el cuento y de ver el video, pensemos cómo podría ser contada la misma historia desde el punto de vista de la mujer. ¿Qué podría haber escrito ella en su diario íntimo luego del encuentro amoroso de esa noche? 
2) ¿Qué opinás del cuento? ¿Estás de acuerdo con la crítica de Débora?
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Si todavía no leíste el cuento, puedes encontrarlo en: 
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/benedett/noche.htm

24 comentarios:

  1. Querido diario:
    Hoy, 20 de octubre de 2009, sucedió algo asombroso. Fui al cine como todos los domingos y encontré en la cola un chico llamado Tomás, que se parecía mucho a mí.
    Pasamos una hermosa tarde juntos, hasta que fuimos a su departamento.. Él me hizo sentir bella, a pesar de lo que diga la sociedad superficial en la que vivo. Me hizo comprender que no tengo que cambiar, sino ser yo misma.
    Es la primera vez que alguien descubre mi interior. Al principio no quería que me viera desnuda, pero me brindó tanta confianza que superé mi vergüenza, mi timidez. Creo que a Tomás le sucedió lo mismo.
    Me encanta poder hacer feliz a otra persona y que seamos felices juntos. Aunque él también sea "raro" o "distinto" (según algunos), a mí me parece una gran persona, con la que deseo estar de ahora en adelante, para que superemos unidos este defecto que nos caracteriza.
    Siempre tuve la esperanza de encontrar un hombre y con él compartir mi vida. Hoy, el día menos pensado,llegó y mi deseo se cumplió.
    Espero que éste no sea solo un sueño. No quiero que me decepcionen una vez más.. Sé que me estoy adelantando al futuro, pero como leí alguna vez en un poema: "Soñar es algo maravilloso, soñar te ayuda a crecer", y estoy de acuerdo con eso.
    Bueno, te tengo que dejar, porque Tomás va a pasarme a buscar para ir a dar un paseo. Mañana te cuento cómo me fue, voy a producirme y arreglarme para él.
    Hasta mañana.
    Julia

    Por: Antonella Ciccorossi, 5º Humanidades

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  2. De María Belén Campo, 5º Humanidades.

    Diario: (Me sentiría estúpida escribiendo "querido diario", no siento amor por un cuaderno, sólo me gusta plasmar acá lo que me ocurre, por si un día me traiciona la memoria, o vaya uno a saber)

    El jueves pasado fui al cine, como cada tanto, para salir un poco de mi rutinaria existencia. Sola, como siempre (y el "como siempre" no lleva aparejado ni desesperación, ni resentimiento, ni envidia, sólo el deseo de alguna vez mirar una peli de a dos). Pero bueno, miré la película y todo iba normal (aunque, ¿qué es normal? Bah, eso lo dejo para pensarlo por la noche, apenas son las diez de la mañana, no me voy a poner a filosofar ahora).
    Al salir del cine se me acercó un chico (aunque no lo creas). Ya había notado su presencia al entrar a la sala, pero lo registré así nomás.
    Caminamos unas cuadras juntos y me invitó a tomar algo.. Acepté. Su nombre es Felipe. Observé una marca junto a su boca, posiblemente de una quemadura. Felipe es feo. Sí, feo. Especialmente feo. Después de charlar un largo rato en el bar, sentí interés por Felipe. Tenía miedo, pero su transparencia y sus palabras penetrantes hicieron que me olvidara del miedo. Estaba cómoda con aquel recién conocido.
    Resumiendo, ¡no tengo mucho tiempo! (la cocina es un desastre, tengo que limpiar urgente!).
    ¡Terminé en su departamento! (mamá se entera y me mata, repito que apenas había conocido a Feli!).
    El jueves pasado amé por primera vez en mi vida. Amé a Felipe y me amé a mí misma.
    Me cuesta reconocerlo, pero creo que él me quiso y se quiso a sí mismo a la mañana siguiente, quizás le costó un poco más. A mí no.
    Lloramos. Me encantó llorar con él.
    Con Felipe nos seguimos viendo, compartimos salidas, risas para con los que se ríen de nosotros, y un montón de cosas más. Veremos cómo sigue lan historia, te voy a tener al tanto, cuadernito. Por el momento soy muy feliz, aprendí a querer(me) y hasta me veo linda!!

    María Luz

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  3. Querido Diario:
    ¡Recién vuelvo! ¡Recién vuelvo a casa! Recién vuelvo de pasar la noche más maravillosa de mi vida...
    Debo ducharme y desayunar, mi estómago (aunque está lleno de mariposas) no deja de gruñir, pero va a tener que esperar... Primero lo primero!
    Primero necesito contarte acerca de la noche que pasé. Hasta ahora eras mi único amigo, el único al cual le confié todos mis sentimientos, durante tanto tiempo. ¿A quién más podía contarle sino todo? ¿Quién más oiría mis confesiones, mis celos, mis inseguridades, odios y depresiones, guardando silencio y sin juzgarme?
    Por muchos años, este rostro me impidió tener un amigo sincero de verdad, uno que no se burlara de mí. ¡Y hasta Lola que dice que me quiere nunca se anima a salir conmigo a tomar nada!
    Siempre creí que ser fea era una maldición, un castigo de Dios que no merecía. Siempre odié aquellas propagandas que muestran mujeres hermosas, deseadas por todos, pero que en realidad son de mármol o plástico. El no ser correspondida en el amor, desde que tengo memoria, fue como un puñal que durante años me oprimió el pecho, mientras que con cada "no" hacía que mi corazón se desangrara un poquito más y que las pocas esperanzas que en mí habitaban se esfumaran una y otra vez de mi alma.
    Pero ahora comprendí (luego de la noche que pasé junto a Mateo) que Dios no buscó castigarme, sino hacerme diferente a los demás, para poder desarrollar así otras cosas que tal vez alguien encuentre interesantes: mi inteligencia, mi oído musical, mi bondad para con aquellos que muchas veces no se dejaron ayudar..
    En fin, descubrí que no todo está perdido, que aún hay hombres que buscan la belleza interior. Verás, Mateo es muy parecido a mí.. Ambos pasamos la mayor parte de nuestras vidas en soledad, sintiendo vergüenza por ser los objetos de las burlas de los demás, caminando siempre con la mirada clavada en el suelo, haciendo oídos sordos a algunos desubicados que se creen seres perfectos y no tienen nada mejor que hacer que hacernos sentir a uno peor consigo mismo.
    Me ví en Mateo reflejada, como me veo reflejada en un espejo. Porque, te parecerá gracioso, ya que tengo pánico a los espejos, pero hoy temprano, cuando me levanté, no temí mirarme en el espejo de su baño, y al verme descubrí el brillo que mis ojos tenían. Tal vez estoy loca, pero -a pesar de mi pómulo hundido- me vi hermosa. Vi una mujer nueva, llena de nuevas emociones, inundada completamente de valor, de valor para gritarle a todos los que me miran con pena que son ellos quienes me dan pena a mí, porque viven encerrados en un mundo que no existe, porque crean en sus mentes un concepto errado de belleza, porque no comprenden que la verdadera belleza de una persona está en su interior, en sus acciones para ayudar al prójimo, en su solidaridad, paciencia, simpatía, cariño y demás valores que nunca morirán, porque la belleza interior es eterna, no es sólo un efímero estereotipo sembrado por empresas publicitarias, que consiguen vender masivamente sin preocuparse por todos aquellos que se decepcionan y lamentan al descubrir que la ropa o el accesorio no le quedó tan bonito como el/la modelo.
    Querido diario, es tarde ya para ducharme y desayunar, debo realizar varias tareas en el centro. Pero cuando salga ya no caminaré con vergüenza, no escucharé lo que la gente diga de mí, porque Mateo descubrió algo en mí, y la fuerza de su mirada, de esa mirada que no se apartaba de mí feo rostro, es la que me da fuerzas para seguir y para sentirme mejor conmigo misma.
    Cuando regrese, tal vez vuelva a escribirte, tal vez recuerde alguna emoción que ahora pasé por alto. Saldré a la calle, a la luz, a mostrarle al mundo la nueva yo!!

    Por Débora Segovia, 5º Humanidades.

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  4. De: Paula Tissera, 5º Humanidades

    Querido Diario:
    Hoy, como para variar, tengo muchas cosas para contar y no es precisamente acerca de algún tipo de desprecio que me hayan hecho ni de alguna situación similar a las que padezco a menudo, sino que se trata de un suceso inesperado que ocurrió ayer y aún no logro asimilarlo.
    Ayer, cuando fui al cine a ver una de las tantas películas que me gusta mirar,sólo para confirmar que sigo siendo desagradable en comparación con la gente normal, me percaté de que un hombre estaba mirándome. No era un hombre "normal", era uno de los míos. Tenía una horrible marca juto a su boca que parecía una quemadura, y unos ojos tristes que me miraban de la misma forma como yo me miro al espejo: una mezcla de asco y lástima o quizás desprecio.
    Éramos los únicos en el cine que estábamos solos, al entrar se sentó a un par de filas detrás mío, por lo que no pude verlo. Pero al salir sentí que alguien venía detrás mío y frené, era él. Al presentarse me dijo que su nombre era Benicio, un nombre que consideré demasiado bonito para él. Me invitó a tomar un café y sin pensarlo demasiado acepté.
    Hablamos durante mucho tiempo y nos dimos cuenta de que a ambos nos sucedía lo mismo. Ambos padecíamos el desprecio de los normales.
    Luego de mucho hablar me dijo que teníamos la oportunidad de ser amigos o quizás algo más. Esas palabras me desconcertaron. Jamás un hombre me había propuesto algo más. Aunque más me sorprendí al escuchar su invitación a su departamento y nuevamente sin pensarlo demasiado accedí.
    Al comienzo no había comprendido muy bien y más tarde entendí que quería que nos conozcamos en la noche, en la oscuridad total, para que sólo podamos sentirnos y no vernos.
    Cuando llegamos al departamento, apagó la luz y corrió las cortinas. Me quedé paralizada. De pronto noté cómo con sus manos comenzó a recorrer mi cuerpo, yo era como un mapa que él estaba analizando y conociendo. Sentía miedo y no pude evitar que mis lágrimas cayeras. En ese momento fue cuando sentí su mano en mi pómulo, pude darme cuenta de que su mano temblaba, pero poco a poco su caricia fue más serena. Y ahí fue cuando yo comencé a mirarlo con mis manos.
    Posteriormente sentí curiosidad y deseo de acariciar su rostro, conocer con mis manos eso que lo aleja de la sociedad y lo hace sentir como a mí. Recorrí su quemadura de un extremo al otro y de alguna manera pude imaginarlo sin ella. Era hermoso.
    Lloramos como dos desdichados, pero fuimos felices. Luego se levantó y corrió la cortina doble.

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  5. Querido Diario:
    Hoy pasé una noche muy linda. Encontré una persona con las mismas características que yo. Al vernos nos dimos cuenta de que éramos el uno para el otro. Cuando lo miré me vi reflejada en él.
    Cuando en el bar todos se daban vuelta para mirarnos, ya no me sentí sola, sino que sentí una gran compañía. No me sentí mal, con ganas de salir corriendo como me pasaba antes.
    Él es igual que yo, tiene mis mismos defectos, entiende mi vida, ya que él vive una muy parecida.
    La noche en la que estuvimos juntos al principio estaba todo oscuro, ninguno quería ver al otro (no se quería ver reflejado en el otro), hasta que decidimos vernos tal cual somos y aceptarnos con nuestras diferencias.
    Quisiera que sea la persona que esté junto a mí hasta el final.

    Por: Melina Ceresoli, 5º Humanidades

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  6. Por Dana Carranza, 5º Humanidades:

    Querido diario:
    Hoy por primera vez estuve con una persona igual que yo, sin preocuparme por lo que dicen las demás personas.
    Él se llama Ángel, tiene 31 años de edad y es abogado; es el mejor dentro de la asociación. Él me hizo sentir una gran felicidad, después de todos los desprecios que la gente me hizo en mi vida, a través de sus risas o murmullos. Los otros se creen perfectos, pero siempre tienen defectos, aunque no como nosotros, pero los tienen, y al reírse de los demás se burlan de ellos mismos, sin poder reconocer sus errores.
    Ángel es una excelente persona con la que pienso estar para siempre. Siento que es el amor de mi vida.

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  7. De: Ileana Cavallone, 5º Humanidades

    Recién llego a mi casa y lo primero que hago es escribir en mi diario, porque hoy fue un día especial para mí. Tuve mi primera cita. ¡Tengo 27 años y nunca un hombre me había mirado! Porque claro, cómo se van a fijar en una chica como yo.
    Eduardo es diferente a los demás. Es un dulce. En el poco tiempo que lo conozco me pareció un buen hombre.
    También tengo que confesar que me siento muy reflejada en él, porque cuando estuve con él sentí que éramos iguales, y por eso no me dio vergüenza. Pienso que él habrá sentido lo mismo.
    Espero que esta maravillosa noche que pasé junto a Eduardo no se termine acá. Espero verlo otro día.
    Por primera vez pude sentir que esta cicatriz no es un estorbo, y no lo va a hacer.
    Querido diario: ¡estoy feliz!

    Margarita.

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  8. Querido Diario:
    Hoy conocí a Humberto, una persona realmente fea, como yo. Lo vi en el cine. Estábamos los dos sin pareja. Él se sentó atrás mío y lo sentí. Él pensaba que yo no lo veía, pero yo sabía que estaba ahí. Cuando salí del cine quería invitarlo a pasar una noche conmigo, pero él vino y me invitó un helado. Estuvimos hablando durante una hora y media, y después me invitó a su departamento. Fue la mejor noche de mi vida. No me sentí fea. Sentí que él y yo éramos el uno para el otro: feos pero enamorados.

    De: Florencia Cristalli

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  9. Por Eliana Dubini,5º Humanidades.

    Querido diario:
    Necesito contarte lo que me pasó anoche. Estuve con él, sí, con él, un ser que al principio me llamó la atención en la entrada del cine. Era muy parecido a mí, al menos así fue como lo sentí.
    A la salida del cine me invitó a una confitería a tomar un café. Hablamos un largo rato y me dijo que podíamos llegar a algo. En ese momento no supe qué contestar. Me parecía mentira. Nunca me habían dicho algo parecido, jamás.
    Más tarde fuimos a su departamento. Él apagó las luces y cerró las cortinas. Yo me sentí muy mal, despreciada, horrible, como me siento diariamente. Lloré, lloré con todas mis fuerzas. Él lo notó, me abrazó fuerte, y en ese instante él también me confesó que siempre se siente discriminado, observado, horrible. Lloramos hasta el amanecer y comprendimos que los dos sentíamos lo mismo, nos pasaban las mismas cosas. Había algo especial que nos unía, muy fuerte. Sentí que era el amor de mi vida.
    Fue una noche espectacular, que marcó mi vida. la repetiré hasta el día de mi muerte.

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  10. Por Celeste Cuello, 5º Humanidades:

    Después de esa noche, sentí una nueva sensación. Me sentí yo misma. Ya no tenía que avergonzarme de mi fealdad. Había encontrado a mi mitad, a mi "fea" alma gemela. ¿Fea?... No, ¡hermosa! Linda de corazón. Total lo que importa es el contenido y no el envase, ¿verdad?
    Sentí que había caído en un campo lleno de mariposas, nuevos sentimientos inundaban mi alma. Creo que por fin encontré mi monte Parnaso, pero en su lugar no hay musas, sino mi propio Apolo (pero feo), mi Adonis egipcio, la persona que me ama tal cual soy.

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  11. Actividad N°22:
    Ejercicio 3:

    Querido diario:
    Una vez que amaneció, luego de recordar ese momento tan intenso, me decidí a escribir lo que sentí en ese momento.

    Fue una de mis mejores noches, me sentía contenta porque alguien me quería a pesar de mi aspecto. Deseaba volverlo a ver.

    Fue la persona más especial de mi vida. Hace mucho tiempo que no me sentía así. Él es hermoso, espero tenerlo para toda la vida.
    SANTIAGO FERRARIS 2° B

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  12. Gracias Santiago por participar con tu texto, ¡muy lindo!

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  13. Querido diario:
    Ayer a la tarde fui al cine sola como acostumrbo hacer. Allí habia un hombre feo como yo. Ambos miramos nuestras fealdades.
    Luego de que terminara la película me invito a tomar un café.
    En la cafeteria la gente no paraba de mirar, lo cual me hizo sentir diferente e incomoda.
    Nos sentamos a charlar, y desde ese momento senti quee fue amor a primera vista.
    El era un hombre realmente feo, pero para mi era el hombre perfecto. La charla resulto como yo esperaba. Me llevo a conocer su casa,fue uno de los mejores momentos de mi vida, nos recostamos en la cama, nos besamos y nuestros cuerpos se juntaron y se sintio el mismo amor que cuando nuestros ojos se cruzaron por primera vez.
    Eugenia Raffo y Julieta Ferraris. 2do "A"

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  14. ME GUSTO MUCHO EL VIDEO, MUY CREATIVO! MA. VALENTINA PEREZ ALBANO! (Prof. de lengua de Adoratrices)

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  15. Querido diario, ayer por fin me sentí tan feliz, y mi vida cambio tanto, que ni siquiera recuerdo mi antiguo dolor.
    Él estaba haciendo la cola para el cine, solo, al igual que yo.
    Cuando entramos a ver la película, sentía que él me miraba. En dos o tres oportunidades me di vuelta y allí estaban sus ojos, fijos en mi, iluminados por el resplandor de la pantalla.
    Cuando la película terminó, caminó unos metros junto a mí y me habló. Al principio no sabia que decirle, pero cuando me invitó a tomar un café acepté.
    Hablamos durante horas, el tiempo corría y no nos percatábamos de ello.
    Hasta que en un momento me ofreció ir a su departamento y con vergüenza acepté.
    Cuando llegamos apagó la luz y cerró una doble cortina, ya no se veía nada.
    Él estaba al lado mió y cuando menos lo esperaba, se movió. Sus manos llegaron hasta mi pómulo donde tenía esa marca por la operación y comenzó a acariciarla.
    Yo hice lo mismo primero lo vi con mis manos. Luego llegue a su cicatriz y la repase una y otra vez.
    Ambos nos secamos mutuamente nuestras lágrimas. Lloramos hasta el amanecer...
    Así fue el primer día que me sentí linda.
    Milagros Farabelli 2° “A”

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  16. Querido Diario:
    Te escribo por primera vez para contarte lo que me sucedió ayer.
    Fui al cine, hacía bastante que no miraba una muy buena película, y justo, por casualidad, me animé a ir.
    Mientras esperaba para que sea la hora, vi a la persona mas hermosa que había visto en mi vida.
    Me observó. "¿Tanto tiene que mirarme?"-pensé-; fue algo incómodo, pero me gustó, solo por el simple hecho de que era un hombre el que me observaba. No me miró con ojos de asco ni de miedo, si no con ternura, con cariño..como si le gustara.
    Lo observé cuidadosamente, tenía una marca junto a la boca, pareciera ser una quemadura. Era alto, flaco, cara ovalada y rasgos feroces; sus ojos hablaban, decían que necesitaba cariño, alguien que lo quisiera por su persona, y no por su físico.
    La película fue interesante, pero mas aún la conversación que tuve con él, por primera vez sentí que alguien me comprendía, sentí lo que siente ser amada de verdad.
    Espero poder estar siempre con él.
    Antonella Concari, 2do "B" (Actividad 22, ejercicio 3)

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  17. Ayer, en el cine, ví una persona de mi mundo, el que entiende como me siento cuando personas observan mi feo rostro y se dan vuelta tratando de disimular su asco hacía mi. Entré al cine y trataba de buscarlo, pero no pude.

    Al salir del cine, él me estaba esperando, me invito a tomar café, mi mente decía que no, pero algo me hizo aceptar la propuesta. En el recorrido al café mi rostro y el del hombre habían sido observados y criticados, sin piedad, por todos.

    Estuvimos charlando por mucho tiempo, hasta que él fue preciso y me preguntó sobre mi rostro, le conteste que me sentía excluida, como si el mundo no fuese hecho para mí, si no para los lindos.

    Después de un tiempo largo él dijo que a pesar de todo podíamos querernos, pero le dije que la única manera era sin poder ver nuestros rostros. El me llevo a la casa y corrió una cortina doble para imposibilitar el paso de la luz y así no poder vernos. Él me tocó el pómulo hundido, y yo su quemadura, hubo una sensación mutua, como si hubiéramos encontrado algo perdido. Ahí entendí que sí, que podíamos estar juntos a pesar de ser horriblemente feos. Él corrió la cortina y poco a poco la luz se fue metiendo en la habitación. Por primera vez me sentí querida y linda.

    MARTIN BREPPE 2 'B'

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  18. Querido diario:
    ¿Cómo explicar lo que sentí cuando lo vi sólo en el cine? Estaba justo en la misma función que la mía. Además todos los demás estaban con sus respectivas parejas, excepto nosotros.
    La luz de los reflectores me mostraron la marca junto a su boca; una marca fea, que seguramente lo hacen sentir aislado de la sociedad, tal cual me ocurre a mí con el pómulo hundido.
    Lo miré con detenimiento, con insolencia, sin curiosidad, sintiendo sus ojos clavados en mi rostro.
    Por fin entramos, sentándonos en filas distintas pero contiguas.
    No pude mirarlo más. Simplemente lo perdí en la oscuridad de la sala.
    Para mi sorpresa, estaba esperándome a la salida. Caminamos unos metros juntos y luego me habló invitándome a que charláramos un rato en un café. Por supuesto, accedí emocionada pero nerviosa.
    El café estaba lleno, pero de pronto una mesa se desocupó y al caminar entre mesa y mesa podía sentir las miradas clavadas en nuestras espaldas, los gestos, las señas. ¿Y cómo no iban a hacerlo? si uno no ve generalmente tan feos rostros en un lugar tan concurrido como aquél.
    Nos sentamos, pedimos dos helados y tuve que sacar el espejo que llevo siempre en mi bolso para ver mi cabello y arreglarlo. Que sea fea no significa que deba andar toda despeinada por ahí, ¿no?
    Guardé el espejo y le sonreí.
    Hablamos un rato largo. ¡Me hacia sentir tan viva y hacía tanto tiempo que no me mostraba tal cual era!
    Me dijo que seguramente yo admiraba a los hermosos, que me sentía excluida y que quisiera tener un rostro equilibrado. Y por más que me hubiera encantado negárselo, asentí con la cabeza.
    Llegamos a la conclusión de que podríamos llegar a algo mediante la oscuridad, por lo que fuimos a su departamento.
    Apagó la luz y corrió la cortina. Yo respiraba y esperaba, expectante.
    De pronto, acarició mi cara. No podía sentirme más plena porque no existía grado de plenitud mayor que ése.
    Lloré y lloré. ¿Por qué todo era oscuro? ¿Por qué ocultar lo que realmente pasaba, sentía?
    Y en ese momento llenándome de valor, pasé mi mano sobre su rostro, repasando su marca y la zona lisa sin barba que deformaba sus labios voluptuosos.
    Lloramos juntos hasta el alba, desgraciados, contentos. Y como si hubiera leído mi mente, se levantó y descorrió la cortina.

    .-Ariana Moroni y Jorgelina Visentín - 2º año "B"

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  19. Gracias por todos los comentarios, me encantó lo que escribieron, sigan así! Nos vemos mañana!

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  20. Querido diario:
    tengo que contarte algo que ocurrió anoche. Estuve con él, un hombre que al principio me llamó demasiado la atención en aquella entrada del cine. Era muy parecido a mí, así fue como yo lo sentí.
    A la salida me invitó a una confitería a tomar una taza de café. Hablamos un largo rato en el cual, me dijo que podíamos llegar a algo. En ese momento no supe contestar. Nunca me habían dicho algo parecido, jamás.
    Más tarde fuimos a su departamento. Él apagó las luces y cerró las cortinas.En ese momento yo me sentí muy mal, horrible, como me siento diariamente. Lloré, lloré con todas mis fuerzas. Él lo notó, me abrazó fuerte, y en ese instante, también me confesó que siempre se siente discriminado, observado, horrible. Lloramos hasta el amanecer y comprendimos que los dos sentíamos lo mismo, nos pasaban las mismas cosas. Sentí que era el amor de mi vida.
    Fue una noche espectacular, que marcó mi vida. la repetiré hasta el ultimo día.

    AGUSTIN ANFOSSI 2°B

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  21. Hola Querido Diario:
    Hola diario hoy fui al cine con un chico y la pase muy bien fue la primera vez que la pasaba tan bien con un chico, porque los chicos nunca me hablan porque soy fea.
    Al finalizar la película fuimos a su departamento, el apago las luces,cerro las cortinas y nos quedamos un rato en silencio, yo lloraba fuertemente eso es todo diario resumiendo fue una noche espectacular.


    Ramiro Rosatto 2°B

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  22. Querido diario, es el día más feliz de mi vida. Me sentí querida. Después de tantos años en la oscuridad, escondida, sola, he podido relacionarme con alguien. Lo que más me sorprende es que pude encontrar en él consuelo y comprensión. El hombre me entiende, ha vivido por lo mismo que yo, ya que tiene una feroz cicatriz en su rostro, pero con el tiempo he aprendido a apreciar a las personas por lo que son por dentro.
    Esta noche lo he pasado de maravilla, sentimientos lejanos han vuelto a brotar en mí. Ha sido la velada más rara y esperanzadora de mi vida.
    Todo comenzó en la cola del cine. Lo vi. Fueron unos minutos de profunda exanimación, sentía algo raro en él. Hasta que por fin lo pude observar. Sin ninguna intención de disimular nos observamos el uno al otro. Con mi insolente mirada di una ojeada minuciosa a su oscura cicatriz. Se encontraba en su desagradable cara, era una zona lisa, brillante y sin barba.
    Entra a la sala, el desapareció de mi vista, decidí no buscarlo. Al terminar la película, espere a que se vaciara la sala. Supuse que se encontraría allí, pero me equivoque. Salí resignada, se me ocurrió que solo había imaginado lo anterior. Para mi sorpresa, al llegar afuera, lo pude divisar entre la gente que se encontraba esperando para entrar. Me estaba esperando, empezó a caminar conmigo, hasta que comenzó a hablar. Me estaba invitando a ir a un café. No sabía que decir, tenía miedo y a la vez curiosidad, me sentía expuesta ante aquel hombre extraño, pues no lo conocía. Todo estaba pasando tan rápido. Luego de vacilar unos momentos, acepte.
    Me llevo a una hermosa confitería, estaba muy llena. No me gusto para nada que toda la gente volteara a vernos, cuchilleaban a nuestras espaldas, fue horrible, vergonzoso, fue algo a lo que los dos estábamos ya acostumbrados. Pero ese día era distinto, en cualquier otro momento no me hubiese preocupado por todas esas miradas, pero esta vez decidí arreglarme, junte valor y trate de arreglar lo único que creía mejorable en mí. Mi pelo. En eso él dio comienzo a una larga charla que logro cambiar mi estado general, que era duro y defensivo, a calmo y hasta agradable, algo imposible. Él era serio y educado, también sincero y preciso en lo que preguntaba. De pronto la conversación tomo un rumbo peligroso, sensible, ambos lo sabíamos. Lo abarcamos temerosos. El parecía comprenderme, empezó a compararme con la demás gente, llamándolos a ellos normales. Eso me hirió. Luego de un rato fue al grano, hablaba del romance, no precisamente del amor, sino que lo llamo congeniar. Término que sugiere unirse con alguien por compartir cosas en común, en nuestro caso, la horrible situación de sentirnos excluidos de la sociedad. Nuestro feo aspecto. Habló de que tenia la solución, intento convencerme de ella. Terminó haciéndolo, fuimos a su apartamento, se mostro tierno conmigo, acariciendome mi horrible cara, mostrandome que me queria asi como era. Estabamos solos en la oscuridad. Me atrevi a llevar mi mano hacia la suya, queria decirle que lo habia entendido. Me sentia dichosa, feliz. Lloramos juntos hasta el amanecer. Estaba contenta aunque envuelta en ese extraño momento. Me sentía desgraciada, pero en fin fue lo más cerca que estuve de la FELICIDAD.

    Emilia Hernandez y Julia Fernandez, 2do. B-

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  23. Querido Diario:
    Hoy me paso algo muy hermoso pero triste a la vez. Encontré a alguien tan desgraciado como yo, pero que sé que me entiende, que sé que pasa todos los días por lo mismo que yo, desde esas miradas que se te clavan en la espalda y no se desvían hasta encontrarse con tus ojos, hasta las burlas innecesarias y el rechazo.
    Lo conocí en la entrada del cine, haciendo la cola para entrar. Ahí cruzamos miradas por primera vez, fueron sin simpatía, pero sabíamos que teníamos mucho en común. Todos allí estaban de a dos, en parejas, menos nosotros. Nos miramos de nuevo, sin curiosidad pero con detenimiento. Al entrar, nos sentamos en filas distintas pero continuas, yo no podía mirarlo, pero sentía su mirada en mi nica. Cuando salí él parecía estar esperándome. Luego cuando comencé a caminar él me siguió a la par. Cuando comenzó a hablarme, mi corazón se sobresalto, me sentí confundida ya que no esperaba esa reacción mía. Pero me detuve y lo mire. Él me invito a una confitería, y yo casi sin dudarlo acepte. La confitería estaba llene, y al pasar todos nos miraban y hacían señas. Nos sentamos y pedimos dos helados, luego saque un espejito de mi bolso y me acomode el pelo, fui tan ingenua de pensar que ese era el problema. Hablamos mucho y hasta tuvimos que pedir dos cafés para justificar nuestra permanencia. En medio de la conversación me invito a su casa, yo acepte. Cuando llegamos él apago la luz y cerro la cortina. Yo me quede inmóvil porque no veía nada. Él me acaricio y yo le devolví la caricia. Luego su mano llego lentamente a mi herida y yo comencé a llorar, recordé lo que la oscuridad ocultaba y eso me hizo muy mal. Pero le devolví la caricia. Y así pasamos toda la noche, hasta el amanecer.

    Julieta Marcucci
    2do "B"

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