viernes, 8 de abril de 2011

Reescribiendo "El crimen casi perfecto"

Lee el cuento "El crimen casi perfecto" de Roberto Arlt, que se encuentra en el siguiente enlace: 

Luego, escoge una de las siguientes opciones: 

1) Elige una parte del argumento del cuento y, basándote en ella, escribe una breve obra de género dramático. 

2) Realiza los cambios necesarios para convertir este texto literario en uno que sea no ficcional y con función informativa. 

11 comentarios:

  1. Obra teatral:

    Los personajes se encuentran en la sala de interrogación en relación al caso del asesinato de la señora Stevens. El policía encargado de la investigación interroga al hermano mayor, seguido por los otros hermanos de la víctima. Poco mobiliario en la estancia.

    Policía: - Dígame, Sr. Stevens, ¿dónde se encontraba usted el día de auer, entre las siete y las diez de la noche.
    Juan Stevens: - Me encontraba en la comisaría.
    Policía (desconfiado, se removió en su asiento): - ¿A qué se debió este hecho?
    Juan Stevens: - Un amigo mío es policía.
    Policía (pierde la paciencia): - ¿Usted entiende que es sospechoso de asesinato? Su conducta ha resultado más de una vez presunta de chantaje y actos ilícitos, en su trabajo de ayudante de procurador de divorcios. Sin agregarle que, al igual que sus hermanos, en menos de diez años despilfarró por entero sus bienes heredados. Así que no me oculte nada. Le preguntaré de nuevo: ¿cuál fue la razón de su estadía en la comisaría?
    Juan Stevens: - Tuve una participación en un episodio automovilístico, estuve implicado en un accidente de tránsito.
    Policía: - ¿Esto demuestra que no estuvo en la casa de su hermana?
    Juan Stevens: - De hecho, visité a mi hermana ayer; festejamos su cumpleaños, justamente en su casa. Pero la celebración culminó a las dos de la tarde, último momento en el que estuve allí. No volví a verla. (Sale el policía)
    Policía (luego de corroborar los datos, entra nuevamente en la sala): - Sus datos fueron verificados, puede retirarse.

    Se retira el hermano mayor e ingresa en la sala Esteban Stevens.

    Policía: - ¿Cuándo fue la última vez que vio a su hermana?
    Esteban Stevens (acongojado ante la mención de su hermana muerta): - La visitamos por su cumpleaños, y a las dos de la tarde nos despedimos de ella. Yo, personalmente, no volví a su departamento.
    Policía: - ¿Dónde se encontraba entre las siete y las diez de la noche?
    Esteban Stevens:- Asuntos de trabajo me encaminaron al pueblo de Lister a las seis de la tarde y los trenes estaban retrasados. Regresé aquí a las nueve de la mañana; puede ver mi ticket.
    Policía: - ¿Y de qué trabaja?
    Esteban Stevens: - Soy corredor de seguros.
    Policía: - Y apuesto a que ha asegurado a su hermana con una fuerte suma.
    Esteban Stevens: - Sí, por supuesto. Pero no me corresponde a mí la totalidad de las ganancias; además puede corroborar mi declaración, mis asuntos en Lister tuvieron la compañía de un colaborador en el trabajo.
    Policía (una vez verificada la historia): - Puede retirarse.

    Antes de que Esteban salga de la sala, entra impetuosamente en ella Pablo Stevens.

    Pablo Stevens (acalorado): - Que se lleve a cabo la interrogación, debo ir a trabajar.
    Policía: - Cálmese, Sr. Stevens. (Una vez se hubo retirado el otro sospechoso) ¿Por qué está acalorado y apurado?
    Pablo Stevens: - Debo estar en mi laboratorio rápidamente.
    Policía: - Despreocúpese, llegará a tiempo, siempre y cuando conteste la verdad. ¿Dónde se encontraba usted ayer, entre las 7 y las 10 de la noche?
    Pablo Stevens: - Trabajando en mi laboratorio, cualquier miembro de éste puede corroborarlo.
    Policía: - Entonces debo entender que no visitó a su hermana.
    Pablo Stevens: - No, bueno. Festejé su cumpleaños, pero a las dos me fui.
    Policía: - ¿No volvió a verla?
    Pablo Stevens (tratando de evitar las preguntas): - No, no...
    Policía: - Usted puede ser culpable del asesinato, debo averiguarlo todo.
    Pablo Stevens: Sí, sí (nervioso), pero no soy culpable, corrobore.
    Policía (intrigado por la respuesta): - Está bien, no se preocupe, estaremos en contacto.

    Lucía Kondratavicius Fermo - 4to. Economía

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    1. MUY BUENO, ADEMAS ME SIRVIO PARA EL COLEGIO, GRACIAS :)

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  2. Victoria Sanguinetti11 de abril de 2011, 17:17

    1) Obra de género dramático:

    ESCENA 1
    (Se encuentra el oficial Hooke sentado en un bar, con un vaso de whisky y hielo, con cara frustrada, mientras observa la bebida detenidamente) Unos minutos más tarde...
    Hooke: -¡Por supuesto! ¡Por supuesto! Es el hielo (grita), tiene que ser el hielo. No puede ser otra cosa. (Se para abruptamente, paga y se retira)

    ESCENA 2
    (Se escucha a alguien tocando la puerta y se ve a la sirvienta en su casa barriendo)
    (Se abre la puerta) Hooke: - Buenas tardes señora Philips. Disculpe la molestia pero, ante la desconfianza del suicidio de la señora Stevens, me veo obligado a hacerle unas últimas preguntas.
    Señora Philips: - ¡Oh! No se preocupe, señor. Pregunte lo que deba preguntar.
    Hooke: - Verá, tenog en mente posibles resoluciones pero solo necesitaría saber si su señora tomaba whisky con hielo...
    Señora Philips: - ¡Si por supuesto! Toda su vida, desde que la conozco. Bueno, salvo la semana pasada porque se había roto la heladera, pero afortunadamente ayer su hermana Pablo la reparó y...
    Hooke: - ¡Cómo dice! ¿Qué hizo Pablo?
    Señora Philips: - Ayer por la tarde Pablo reparó la heladera aquí mismo, en casa de su hermana que en paz descanse. (Al ver la cara desconcertante del señór Hooke se preocupa). ¿Ocurre algo señor?
    Hooke: - No, no se preocupe. Señora Philips, siéntase orgullosa, ha sido de gran ayuda. En cuanto pueda prometo volver para explicarle todo con detalles, pero ahora, tengo que irme. Muchas gracias
    (Sale el señor Hooke con aire victorioso y apurado, de la casa. La señora Philips, se encoje de hombros). TELÓN


    2) Texto informativo

    Diario "Informativo" - Rosario 11-4-11

    MUJER DE 68 AÑOS ES ASESINADA POR SU HERMANO
    Hallan el cuerpo de la señora Stevens, asesinada por uno de sus hermanos


    Tras varios días de investigación a cargo del oficial Roberto Hooke, se halló ayer por la mañana al culpable de la muerte de Marta Stevens, que en un principio había sido resuelta como el producto de un supuesto suicidio.
    El día lunes 29 de abril, Marta Stevens había sido hallada muerta sobre el sillón de su domicilio y con un diario en la mano. Ésta evidencia, sumada a la falta del frasco con el veneno que había producido la muerte, llevaron al detective a plantearse la posibilidad de un homicidio.
    Se sucedieron durante esta semana varias hipótesis e investigaciones, hasta que ayer por la tarde Hooke tomó pruebas al hielo que la señora Stevens había utilizado para beber el whisky que le produjo la muerte. Efectivamente éstos revelaron la prescencia de un tóxico: cianuro.
    Una fuente cercana había declarado que Pablo Stevens, uno de los hermanos de la fallecida, había ingresado la tarde del homicidio a la casa de Marta, con la supuesta idea de reparar la heladera de la casa, que estaba rota. Roberto Hooke, junto con los oficiales de la comisario 28 de Rosaio fueron en busca del veterinario, al ser éste frente a los hechos anteriores el mayor sospechoso. Sin embargo, en cuanto Pablo los vió, se dice, quizo anatemizar sus investigaciones y luego murió de un sícope frente a los comisarios.
    Se halló en la casa de Pablo Stevens el frasco con el veneno y de esa forma el caso pudo ser cerrado, y le asesino recordado como uno de los más ingeniosos, pero que no tuvo un buen final.
    Los otros hermanos de la fallecida prefieren no dar declaraciones y se desconoce el paradero de los dos cuerpos y de donde seran sepultados.

    VICTORIA SANGUINETTI - 4to ECONOMIA

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  3. Obra de teatro: “El crimen casi perfecto” de Roberto Atl.
    (Segundo acto) Entra el inspector a un café.
    Inspector: -Un whisky con hielo, por favor.
    (El camarero sirve la bebida con aire despreocupado)
    Inspector: -Gracias.
    (Se queda observando el vaso de whisky, la garrafa de agua y el plato con hielo y una idea cruza su cabeza).
    Inspector: - ¡Camarero! La cuenta por favor…(la bebida no es ingerida)

    Se desvanece la escena

    (Tercer acto) Inspector, Sirvienta, policía y químico en casa de la sirvienta.
    Sirvienta: - ¿Deseaba hablar conmigo, inspector?
    Inspector: - Sí, así es, Sr. Potes, quisiera saber una cosa. (se sienta frente a ella)
    Sirvienta: - Pregunte hombre, pregunte, le diré la verdad.
    Inspector: - Míreme bien y fíjese en lo que me va a contestar: la señora Stevens, ¿tomaba el whisky con hielo o sin hielo?
    Sirvienta: - Con hielo, señor.
    Inspector: - ¿Dónde compraba el hielo?
    Sirvienta: - No lo compraba, señor. En casa había una heladera pequeña que lo fabricaba en pancitos, que hasta ayer, que vino de la casa de Pablo, estaba descompuesta. Él se encargó de arreglarla en un momento.
    Inspector: - Sr. Thomas, consiga otra orden de arresto al Sr. Pablo. Creo que hemos resuelto el crimen. Nos encontramos en una hora en la casa de la difunta.
    Policía: - Enseguida, Jackson.
    Inspector: - Y usted venga conmigo.
    Químico: - ¿Y yo por qué?
    Inspector: - Tienes que estudiar el hielo.

    Salen todos

    (Cuarto acto) Inspector y Químico en la casa de la fallecida, estudiando el hielo.
    Inspector: - ¿Y? ¿Encontró algo?
    Químico: - El agua está envenenada y los paneles de este hielo están fabricados con la misma agua. (Examinado el hielo)
    Inspector: - Entonces esto quiere decir que el Sr. Pablo, al reparar el fusible de la heladera arrojó en el depósito congelador una cantidad de cianuro disuelto. Después, ignorante de lo que aguardaba, la señora Stevens preparó un whisky; del depósito retiró un pancito de hielo envenenado y al colocarlo en la bebida, produjo el efecto deseado. Sin aguardar que la muerte aguardaba en su vicio, la Sra. Stevens se puso al leer el diario y cuando bebió un sorbo los efectos no se hicieron esperar.

    Entra el policía

    Policía: - ¿Han encontrado lo necesario para incriminar al Dr. Pablo?
    Inspector: - Sí, precisamente estábamos hablando de eso: él fue el culpable del crimen. Solo nos resta encarcelarlo.
    Policía: - Entonces no esperemos más. Andando.

    Se retiran todos.

    (Quinto acto) El Inspector, el Policía y el Juez en el laboratorio de la Erpa.
    Juez: - No tardará en llegar. Ya casi son las once.
    Policía: - En eso tiene usted razón. Pero deseo terminar con este asunto cuanto antes. (Mirando por la ventanilla del auto)
    Inspector: - ¡Allí! ¡Miren allí! (señala a un bulto que se mueve cauteloso por la acera)

    Se bajan del auto y corren al encuentro del Dr. Pablo con lar armas en las manos. Este se da cuenta de lo que estaba sucediendo y muere de un síncope

    Juez: - Inspector, el culpable está muerto…
    Inspector: - No… no puede ser. (Comprueba lo dicho por el Juez)
    Policía: - En verdad, está muerto…
    Inspector: - Hágame un favor, hombre, entre a su oficina y revise los armarios a ver si encuentra el veneno que acabó con la vida de la Sra. Stevens. Nosotros nos encargaremos de esto.

    El Policía se retira

    Inspector: - ¿Sabe usted una cosa Sr. Juez? Fue el asesino más ingenioso que conocí…
    Juez: - Concuerdo totalmente con usted Jackson…muy ingenioso en verdad.

    Se observa que regresa el Policía con un pequeño frasquito entre sus manos.

    Milena Moroni - 4º Economía

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  4. Milena Moroni (4º Economía)11 de abril de 2011, 17:39

    Noticia:
    PAGAR CON SU PROPIA MUERTE
    El suceso ocurrido hace 3 días al fin se resolvió. La muerte de la Sra. Stevens, tal y como se había supuesto desde un principio, no fue debido a un deseo de la fallecida a poner fin a su vida; por es contrario, gracias a la colaboración de los implicados, de la policía local y de los químicos, se puso comprobar que el caso de la Sra. Stevens fue asesinato.
    Sus tres hermanos (sospechosos) tenían coartadas suficientemente convincentes como para disolver sus cargos, a pesar de haber almorzado con su hermana el mismo día de su muerte. Todo había parecido indicar que la mujer se habría quitado la vida ingiriendo un trago envenenado, pero luego de una serie de investigaciones y allanamientos en la casa de la misma, su pudo recrear la escena del crimen, en la cuela el veneno se encontraba en el hielo, no en la copa, el agua o en el whisky, como se había creído.
    Todos sus hermanos recibirían doscientos treinta mil pesos de su madre, por lo que era de suponer que uno de ellos estaba implicado en el homicidio. El inspector Jackson, tras descubrir el elemento que había producido la muerte de la Sra. Stevens se dirigió a la casa de Pablo (hermano de la difunta) con una orden de arresto, pero cuando el culpable los vio ingresar a la propiedad sufrió un síncope que acabó con su vida. El equipo policial encontró

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  5. 1) ACTO 1

    ESCENA 1(El inspector Cachipt está en el centro de su oficina, sentado detrás de un escritorio)

    CACHIPT (bostezando): -Ah, ¡qué día tan aburrido! (mira la pared). Y recién son las 4 de la tarde, este día no se termina más. ¡Silvia! ¡Silvia! ¿Dónde estás? (se queda esperando, tamborileando sus dedos sobre el escritorio. Luego, toma uno de los recortes que hay sobre el mismo, lee) “Misterio resuelto: el fabuloso inspector González…” ¡Ja! ¿Fabuloso? ¡Ese tipo es un charlatán! (toma otro recorte, ya alterado) “…el caso Shadow fue resuelto ayer, por la intervención del agente privado Espinosa…” Espinosa, ¡otro inútil! ¿Dónde están las verdaderas noticias? ¿¡No hay ninguna que hable del pobre señor Cachipt?! Oh, no. “El anciano ya es inservible para estas cosas, mejor que se encargue del papeleo”…Tonterías… (con exaltación)Necesito un nuevo caso, necesito… ¡Silvia! ¡Silvia! ¿Dónde te metiste? tengo que demostrarles a todos de lo que sigo siendo capaz…
    (entra una menuda señorita, muy apurada)
    CACHIPT (levantándose de un salto, con los brazos hacia el cielo)- ¡Por fin aparecés!
    SILVIA: -Sí, señor.
    CACHIPT:- Te lo juro, de todas las secretarias del mundo, sos la peor. ¡Justo a mí me tenía que tocar!
    SILVIA (mira la puerta y ve al jefe):-Oh, no ¡El jefe! (Cachipt no la oye) Ejem, Señor…
    CACHIPT: -Sí, solo yo…
    SILVIA:- Señor… (mirando hacia la puerta)
    CACHIPT: -¡No me interrumpás! Después de todo lo que me hiciste esperar ¿¡No ves que necesito hacer ALGO?!
    SILVIA (en apuros): -Pero, señor…
    CACHIPT: -Encima, el estúpido del jefe piensa que ya debo estar fuera de la acción, y por eso me manda los trabajos más inútiles.
    SILVIA: Señor, por favor escúcheme…
    CACHIPT: -No, no te voy a escuchar ni una sola palabra, igual que como ese nene de mamá no me escucha a mí. Pero será posible… (el jefe toca la puerta) ¿Eh? ¿Y ahora quién viene a molestarme?
    SILVIA:- Señor, es el jefe.
    CACHIPT: -¿¿¿Quééééé??? (se apoya en el escritorio, como si fuera a caerse)(en voz baja)¿Creés… creés que me habrá escuchado? (Silvia asiente) Ay no, ahora sí que estoy acabado…
    SILVIA: -Traté de decírselo, señor.
    CACHIPT (furioso): -¿Cómo que trataste de decírmelo? ¡Inservible, inútil…! (tocan de nuevo la puerta) ¡Ay!
    SILVIA: Cálmese…
    CACHIPT: -¡No trates de darme órdenes a mí! ¡Sé perfectamente lo que debo hacer! (otra vez la puerta) ¡Ay, abrí, abrí! (Silvia pone los ojos en blanco)
    SILVIA: Recuerde sentarse.
    CACHIPT: -¡Ya sé! (se sienta)
    (Silvia sale de la escena. Luego vuelve a entrar)
    SILVIA:- ¿Señor Cachipt?
    CACHIPT (fingiendo una voz solemne): -¿Sí?
    SILVIA: -Está el señor Martini afuera, y quiere darle un caso.
    CACHIPT (inspira profundamente):- Está bien. (más calmado) Decile que pase.

    (Fin escena 1)

    2) SE DESMIENTE SUICIDIO

    Ayer, 3 de abril, el inspector Sommer resolvió definitivamente el caso del spuesto suicidio de Sienna Stevens.

    Según detectives privados, la difunta se había envenenado en su propio domicilio mientras leía el diario. Pero la minusiosa investigación del detective logró, luego de muchos indicios casi imperceptibles, decifar el caso y encontrar al verdadero culpable. Éste resultó ser nada más y nada menos que el hermano de la fallecida, que junto con los otros integrantes de la familia, heredaría una gran fortuna cuando ella muriese.
    “Fue un caso extremadamente difícil”, reconoce Sommer. “El día anterior al homicidio, el hermano fue a arreglarle la heladera y ahí colocó el cianuro que luego la mataría: en un pancito de hielo. Fue el asesino más ingenioso que conocí, es una verdaderalástima que no pudimos incorporarlo al equipo, ya que murió de un ataque del susto que le causaron mis guardaespaldas”, confiesa el inspector, mientras celebra su triunfo con un gran vaso de whisky, sin hielo, claro.

    MELISA TRAMANNONI- 4° Economía

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  6. ESCENA NÚMERO DOS: Stevens y Sara
    Sala de Estar

    (Los hombres presentes se retiran de la sala de estar y Stevens gira sobre su propio eje para hablar su antigua doméstica, Sara, quién lleva en mano una rejilla para comenzar a limpiar y recoger la mugre que se encuentra en el salón luego del festejo.)

    Stevens: - ¡Qué gran tarde que me han hecho pasar! (exclama exhausta y se sienta abrumadamente sobre un amplio sillón de cuero color blanco) Cuando termines de ordenas las cosas ven un rato porfavor (Sara asiente y recoge los vasos para colocarlos sobre una bandeja que se encontraba sobre la mesa) ¡Espera un momentito Sara! (La doméstica se exalta y uno de los vasos se estrella contra el suelo).
    Sara: - Si Doña.
    Stevens: - Necesito que corras aquél porta retrato (señala y Sara se dirige hacia una pequeña mesita de roble).
    Sara: - ¿Este señora? (Stevens solo asiente) ¿Qué contiene?.
    Stevens: - ¿Desde cuándo tengo que darte explicaciones? Retírate por favor, y haz tu trabajo así te libras temprano y puedo comentarte aquello que debo decirte .

    (Sara se retira de la escena y se oye un sonido de vajillas que se han desquebrajados completamente, Stevens revolea los ojos y atina a suspirar luego.
    Abre aquel sobre y contempla las fotos que ha dejado Esteban apenas ingresó al departamento, toma una de las fotos y la coloca en el portarretrato de metal, su rostro emana una pequeña risa al recordar los momentos vividos junto a él, aquellas travesuras que tantas consecuencias le ocasionaron.)

    Sara: - Señora…
    Stevens: - Si Sara ¿qué sucede?.
    Sara: - Ya he terminado, sin querer he roto un par de platos pero no se preocupe, no me pague este mes si desea, eran sus preferidos y bu..e..no (tartamudea) no ha sido mi intención.
    Stevens: - Pero Sara, cuantos años hace que me conoces y pareciera que no fuese así, no te descontaré nada, me pudo haber sucedido a mí, son los años, somos mayores ya.
    Sara: - Discúlpeme.
    Stevens: - Si le hace sentir bien que acepte sus disculpas entonces quédese tranquila porque son aceptadas. (frota sus manos contra su pantalón y mira a Sara con una sonrisa alucinante) Tengo una gran noticia para tí, sé que te alegraras.
    Sara: - Por favor, señora, dime que no tiene relación con lo que tanto anhelo .
    Stevens: - No diré nada porque tiene que ver con lo que tanto anhelas, lo he conseguido y me siento feliz por ti.
    Sara: - ¡Oh señora, gracias! (agradece emocionada y se acerca a abrazarla para llorar sobre su hombro) mi familia estará tan feliz al saber que tendrán un nuevo hogar, no sé qué haré para darle las gracias por haberme ayudado. Se merece tanto usted.
    Stevens: - Ha sido un placer haber cumplido su gran sueño porque eres merecedora de una vivienda digna tanto para ti como para tus pequeños hijos. Y por cierto, es la hora, puedes retirarte pero antes necesito que me hagas un favor, además de que dejes de llorar.
    Sara: - Dii..me (sus sollozos impedían el habla).
    Stevens: - Dile al portero que me envíe el diario del día de hoy y alcánzame la cubetera, el whisky y un vaso porfavor.
    Sara: - Como usted diga.

    (Sara se retira del salón y Stevens abre el armario y de la segunda repisa entre libros viejos saca sus libros de contabilidad donde debería anotar los gatos producidos en el día. La sirvienta deja sobre la mesa una bandejita con lo pedido y saluda a Steve luego de un largo y afectuoso abrazo. La puerta se cierra y pocos minutos después llega el diario.
    Steve toma asiento en la mecedora, se sirve un vaso de agua con whisky, le coloca medio gramo de cianuro de potasio y le echa un hielo.
    Todo comienza a volverse oscuro, se marea, intenta sostenerse de un mueble, intenta pararse. En su intento tira al suelo un par de libros; se siente perdida e inmediatamente se cae al suelo…)

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  7. Se desentraña el misterio del crimen casi perfecto

    La muerte de la mujer de nombre Stevens dejó de ser un misterio para pasar a ser un caso totalmente resuelto.
    Steve, como era llamada por sus amigos, se encontraba en su departamento cuando por una causa hasta su momento desconocida, la llevó a la muerte, para ser hallada al día siguiente, a las siete de la mañana por el portero y la sirvienta Sara. Se encontraba tirada sobre una alfombra y sosteniendo entre sus manos un diario con sus dedos tremendamente contraídos.
    Los funcionarios encargados de la investigación confiaron desde un comienzo en que la muerte de la señora no había sido un suicidio. La primera hipótesis estuvo basada en el orden en que se encontraban su pertenencias; suposición que luego fue descartada con el pasar de los días. Una segunda hipótesis surgió luego: la posibilidad de que Stevens haya envenado en vaso de Whisky que se encontraba en una de las mesas que formaban parte de su sala de estar.
    Los análisis se llevaron a cabo. El whisky no contenía veneno. La sustancia cristalina que se agregó al whisky era pura pero podía deducirse que el veneno se encontrara depositado en el fondo o en las paredes de la copa pero el vaso que la mujer había utilizado se encontraba en un repisa donde se hallaba una docena de vasos del mismo estilo.
    El encargado de llevar a cabo la investigación comenzó a dudar acerca del supuesto envenenamiento cuando se preguntó así mismo en donde se encontraría el frasco del veneno antes que sea arrojado a la bebida.
    Mientras el investigador se encontraba tomando un café se le alumbró una curiosidad que lo llevó hacia la habitación donde se encontraba detenida la sirvienta, una de las principales sospechosa, para realizarle una serie de preguntas , obteniendo finalmente una gran hipótesis que luego se terminaría de confirmar...
    “Ahora que me acuerdo, la heladera, hasta ayer, que vino el señor Pablo, estaba descompuesta. Él se encargó de arreglarla en un momento” declaró Sara. Fue aquella frase la que llevó al investigador a regresar a la casa con un analista para comprobar si en el freezer se encontraba algún toxico y a los pocos minutos se pudo obtener que los hielos se encontraban fabricados con agua envenenada.
    El misterio se había desentrañado, solo restaba reconstruir el crimen. El doctor Pablo, al reparar el fusible de la heladera arrojó una sustancia. Después, ignorante de lo que allí se encontraba, la señora se preparó un whisky y depositó un hielo, lo cual lo envenenó, cuando el investigador junto a su superior y el juez se encontraban en el laboratorio de la Erpa, el dolor Pablo, levantó el brazo como si quisiera darle un freno a las investigaciones que aún continuaba, pero al abrir la boca se desplomó en el suelo luego encontraron en su armario se encontraba un frasco de veneno, quedando así el misterio totalmente develado.

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  8. Lucía Kondratavicius Fermo13 de abril de 2011, 12:41

    relato periodístico del crimen casi perfecto.

    DOBLE TRAGEDIA
    Asesinato y suicidio en la familia Stevens.


    A las siete de la mañana del domingo, fue hallada muerta la Señora Stevens, de 68 años de edad, en su propio departamento. Las pruebas mecánicas del caso se inclinaban a demostrar que la mujer se había suicidado entre las siete y las diez de la noche, agregando cianuro de potasio en el whisky que bebía.
    Las coartadas de la familia cercana habían sido verificadas; ésta estaba compuesta por los tres hermanos de la víctima: Juan Stevens, ayudante de un procurador especializado en divorcios, que a la hora de la tragedia se encontraba preso en la comisaría por participación imprudente en un accidente de tránsito; Esteban Stevens, corredor de seguros, residió en el pueblo de Lister desde las seis de la tarde hasta las nueve del siguiente; y por último, el hermano menor, Pablo Stevens, veterinario, inhabilitado para ejercer su profesión, por lo que ingresó en la industria lechera al ocuparse de los análisis, trabajo del que no se había apartado en toda la noche.
    Todos habían despilfarrado los bienes heredados de sus padres, y la muerte de la víctima les permitiría recibir una buena suma hereditaria, hecho por lo que eran considerados sospechosos.
    Fueron tomadas las declaraciones, también, de la empleada doméstica de la señora, que a las siete de la tarde se retiró a su casa, y hasta las siete del día siguiente, al encontrar el cuerpo de su ama, no volvió a entrar en el departamento; y del portero del susodicho edificio, que aseguró que nadie había entrado en el departamento además de él mismo al entregar el diario pedido con anterioridad por la dueña de casa. Los hermanos habían festejado con la señora su cumpleaños hasta las dos de la tarde, hora en que se retiraron y no aparecieron nuevamente.
    Pero el caso no fue aceptado como suicidio por le cuerpo policial. El veneno que contenía el vaso de la víctima no se encontraba ni en el agua ni en la botella de whisky junto a la mesa, lo que señalaba que la bebedora lo había agregado al trago. Pero la posición en que fue hallada la mujer demostraba que la muerte la había tomado por sorpresa en medio de sus actividades rutinarias, y además, no se pudo descubrir el envase que contenía el veneno.
    Finalmente, gracias a la competencia del cuerpo policial y a la colaboración de la empleada doméstica, se pudo iluminar el misterio. El hermano menor había sido el culpable de la muerte de su hermana. El día del accidente se dedicó a reparar el fusible roto de la heladera de la Señora Stevens, a su pedido, y colocó en el depósito congelador el cianuro de potasio. Éste se congeló junto al agua y de allí la mujer sacó el hielo agregado a la bebida, en donde el veneno se disolvió con el alcohol y tuvo un rápido efecto al beber.
    La policía se encaminó en busca del veterinario. A las once ingresó en el laboratorio en donde se encontraba Pablo Stevens, pero éste no pudo ser encarcelado ya que un síncope lo llevó a la muerte en ese momento.

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  9. MATIAS ESCOBAR
    A las siete de la mañana del domingo, fue hallada muerta la Señora Stevens, de 68 años de edad, en su propio departamento. Las pruebas mecánicas del caso se inclinaban a demostrar que la mujer se había suicidado entre las siete y las diez de la noche, agregando cianuro de potasio en el whisky que bebía.
    Las coartadas de la familia cercana habían sido verificadas; ésta estaba compuesta por los tres hermanos de la víctima: Juan Stevens, ayudante de un procurador especializado en divorcios, que a la hora de la tragedia se encontraba preso en la comisaría por participación imprudente en un accidente de tránsito; Esteban Stevens, corredor de seguros, residió en el pueblo de Lister desde las seis de la tarde hasta las nueve del siguiente; y por último, el hermano menor, Pablo Stevens, veterinario, inhabilitado para ejercer su profesión, por lo que ingresó en la industria lechera al ocuparse de los análisis, trabajo del que no se había apartado en toda la noche.
    Todos habían despilfarrado los bienes heredados de sus padres, y la muerte de la víctima les permitiría recibir una buena suma hereditaria, hecho por lo que eran considerados sospechosos.
    Fueron tomadas las declaraciones, también, de la empleada doméstica de la señora, que a las siete de la tarde se retiró a su casa, y hasta las siete del día siguiente, al encontrar el cuerpo de su ama, no volvió a entrar en el departamento; y del portero del susodicho edificio, que aseguró que nadie había entrado en el departamento además de él mismo al entregar el diario pedido con anterioridad por la dueña de casa. Los hermanos habían festejado con la señora su cumpleaños hasta las dos de la tarde, hora en que se retiraron y no aparecieron nuevamente.
    Pero el caso no fue aceptado como suicidio por le cuerpo policial. El veneno que contenía el vaso de la víctima no se encontraba ni en el agua ni en la botella de whisky junto a la mesa, lo que señalaba que la bebedora lo había agregado al trago. Pero la posición en que fue hallada la mujer demostraba que la muerte la había tomado por sorpresa en medio de sus actividades rutinarias, y además, no se pudo descubrir el envase que contenía el veneno.
    Finalmente, gracias a la competencia del cuerpo policial y a la colaboración de la empleada doméstica, se pudo iluminar el misterio. El hermano menor había sido el culpable de la muerte de su hermana. El día del accidente se dedicó a reparar el fusible roto de la heladera de la Señora Stevens, a su pedido, y colocó en el depósito congelador el cianuro de potasio. Éste se congeló junto al agua y de allí la mujer sacó el hielo agregado a la bebida, en donde el veneno se disolvió con el alcohol y tuvo un rápido efecto al beber.
    La policía se encaminó en busca del veterinario. A las once ingresó en el laboratorio en donde se encontraba Pablo Stevens, pero éste no pudo ser encarcelado ya que un síncope lo llevó a la muerte en ese momento.

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  10. ¡Gracias Matías por participar!!!!

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